miércoles, 26 de mayo de 2010

LA OBRA VISIBLE

Es notorio que en estos tiempos también se hagan de alguna u otra manera campañas políticas referenciando la obra que hacen los políticos de turno, especialmente quienes tienen el poder en los gobiernos seccionales y utilizando medios de comunicación. Los periódicos y las radioemisoras publican “la noticia de obras” que realizan especialmente en la reconstrucción vial, se coloca fotografías del burgomaestre con el moderno sistema de la gigantografía para pretender evidenciar lo que se está haciendo en favor de la comunidad. La fotografía muestra un ángulo contrapicado para que produzca un efecto de inmensidad de la calle, producen infocomerciales con tomas espectaculares que generan un impacto visual en la audiencia. Sin embargo, ustedes pueden escuchar diariamente de diferentes personas y cada una con sus puntos de vista diferente que no es así, es decir, no todos están contentos con lo que actualmente se está haciendo, y es evidente el malestar hacia los gobernantes de turno ya que mucho de lo que se dice nos es la realidad, este es un sentimiento del pueblo que aspira que su sector barrial sea atendido como se merece.
Todos sabemos de las principales necesidades: seguridad, alumbrado, salud, asfaltado de vías, alcantarillado, etc., y así podemos ir mencionando cuanta falta haga en los diferentes barrios de mi querida provincia. No obstante, el trabajo de los Alcaldes es paulatino, y la obra se incorporará en la medida en que cada Municipio haga las cosas correctas y con eficiencia, que actúen con sentido de urgencia. Algunos creen que son cinco años para hacer el trabajo y se están durmiendo en los laureles, han pasado ya nueve meses de la gestión y no es visible la obra porque no se ha planificado, tampoco se ha proyectado para los cinco años del gobierno. Los trabajos que algunos hacen es muy escaso y con “soluciones parches”, hacen la bulla para ganar la atención a la necesidad colectiva; por tanto quienes no reciben atención se molestan porque no son atendidos.

Un botón basta de muestra como se dice en el argot popular, la calle Guayaquil de La Libertad no deja de ser un mercadillo donde los comerciantes se han enquistado y cada día que pase será más difícil el reordenamiento si no hay una ordenanza que obligue a la evacuación definitiva de esta imagen que nada le aporta al ornato, o es que acaso ¿no les interesa vivir dignamente? Considero inapropiado seguir con este cáncer y que hay que tratarlo de suma urgencia, esta es la razón de los cambios y reconstrucciones que queremos para nuestra provincia, entendamos de una buena vez que ya no somos pueblo, sino ciudades que avanzan con el modernismo y la tecnología.
En vez de atacar a las administraciones anteriores porque eso da cuenta de la inoperancia, debemos planificar con decisión, armar un equipo consultivo que proyecte los cuatro años que restan a la administración actual, que aprendamos a escuchar a los miembros del equipo y no seamos autocráticos por causa de nuestra terquedad. Las Relaciones Públicas deben dar cuenta en los medios de comunicación del proceso de reingeniería que se lleve a cabo para que la ciudadanía pueda digerir la obra paulatina y no muestre su inconformidad porque su calle no está siendo parchada. Que la obra visible no sea la física de reconstrucción vial solamente, sino la del bienestar general, que le gente vaya cambiando su forma de pensar respecto a lo que significa ser una provincia. Que por los corredores, filas y juntas se hable del trabajo que se está realizando, que se promueva el cambio del pensamiento y luego será el de la actitud, porque sólo cambiando nuestra conciencia podemos atacar positivamente a la actitud. Entonces seremos La Libertad que todos queremos que sea.