
La regeneración urbana, es un proceso que integrando aspectos relacionados con el medio ambiente, lo físico-urbano, lo social y lo económico, plantea alternativas para mejorar la calidad de vida de la población de nuestra ciudad en general. Comúnmente se emplea a la obra física como el catalizador de una transformación que apunta a promover mejoras integrales dentro de áreas deterioradas que con su uso y el paso del tiempo se han deteriorado y requieren de mantenimiento o en su caso reponerse para su adecuado funcionamiento, varias de esas obras son elementos arquitectónicos o de infraestructura y espacios urbanos que tienen valor artístico, religioso e histórico, por lo que su protección, apropiado mantenimiento y conveniente rehúso, son prioritarios para conservar el patrimonio cultural donde están construidos.
Los espacios deteriorados de nuestra ciudad demandan cambios que se constituyan en verdaderas transformaciones integrales. Estas transformaciones no se pueden alcanzar con obras o proyectos aislados o que no formen parte de una estrategia que vaya más allá de una intervención y que apunte a promover mejoras definitivas. La Regeneración Urbana es una herramienta que ha demostrado ser eficiente y que se ha constituido, para varias ciudades del país, en proyecto de punta de lanza de procesos que han alcanzado logros tales, que superan las expectativas originales. Este es el caso de nuestro malecón que cuya obra ha sido muy bien vista por propios y extraños. Por último, es responsabilidad de las autoridades detener el deterioro de las zonas de la ciudad que administran, y de la ciudadanía, apoyar e impulsar este tipo de intervenciones.
Por otra parte se ha observado que nuestra ciudad está en constante crecimiento y se modifican algunas de sus partes debido a iniciativas particulares o colectivas, que buscan condiciones más apropiadas para realizar sus actividades. Esto es su crecimiento poblacional y por ende el área geográfica en zonas periféricas y que cada vez demandan de la obra básica como son, alcantarillado, asfaltado, alumbrado público y demás aspectos muy básicos para su bienestar.
Además, es importante anotar que luego de la regeneración urbana se da paso a la un proceso de adaptación de la comunidad y por ende su percepción sobre los cambios. Tenemos entonces la Cohesión Social que nos indica en la sociología, el grado de consenso de los miembros de un grupo social en la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común. Es una medida de la intensidad de la interacción social dentro del grupo; esto quiere decir que se requiere buscar medidas para la co-existencia pacífica y sobre todo justa entre las sociedades que gobiernan y las que son gobernadas, para el buen desempeño de las autoridades y que sean respetadas y exista la llamada integración social.
Este proceso dinámico y multifactorial que posibilita a las personas que se encuentran en un sistema marginal, a participar del nivel mínimo de bienestar socio-vital alcanzado, empezará a sentirse como un cambio paulatino en el quehacer diario de las personas, allí podremos ver que las personas empezarán a respetar más a sus semejantes, no botarán basura en las esquinas sin esperar el carro recolector, ya no caminarán por la calle sino buscarán las aceras, empezar por valorarse a si mismos, nuestro nivel cultural empezará a cambiar, y por ende nuestra manera de pensar y ver las cosas.
Durante años hemos sido testigos de cómo nuestro cholo peninsular se ha sometido a la voluntad de los extraños y en algunos casos a aventureros de otras partes que vienen a nuestra provincia y han encontrado que aquí es un paraíso, entonces con sus conocimientos han podido encontrar una manera de vivir e incluso progresar, claro está que muchos de los “libertenses de corazón” han tenido buen proceder incluso han sido gestores del desarrollo de nuestra ciudad, pero otros no, por eso nos hemos quejado tanto e incluso promulgar a los cuatro vientos el rescate de la provincia. Ya sabemos que nos equivocamos, sin embargo y gracias a Dios sólo fue por corto tiempo, pero en nuestra “nueva ciudad” tendremos cinco años para el cambio esperado y empezar una verdadera regeneración social en la que nos sintamos a gusto y que la sociedad busque la cohesión social en aras de su crecimiento cultural, entonces podremos tener la oportunidad de reinsertarnos dentro del mapa turístico siendo muy buenos anfitriones y ofertando un producto turístico de calidad y ser verdaderos protagonistas en el Ecuador.
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